Alimentos que aportan hormonas
Desde hace mucho tiempo se sabe que en los países asiáticos las enfermedades cardiovasculares, el cáncer de aparato genital y las molestias climatéricas son mucho menos frecuentes que en los países occidentales. Se cree que una de las causas más importantes de este fenómeno es el alto consumo de proteínas de soja que existe en Oriente.
El consumo de soja reduce significativamente los lípidos y lipoproteínas en pacientes con niveles elevados de colesterol. Además, los suplementos de soja disminuyen los síntomas vasomotores del climaterio tales como sofocos, sudor, etc.
En la mujer climatérica, sin niveles elevados de colesterol, la soja reduce un seis por ciento el colesterol total y disminuye un doce por ciento el riesgo de enfermedad coronaria cardíaca.
En algunos estudios no se detectan mejorías en los síntomas vasomotores (sofocos, sudor) de la mujer climatérica, posiblemente por la escasa cantidad de productos activos en la soja usada o por el intervalo de tiempo en su consumo.
Si se han comunicado ligeras disminuciones en las cifras de la tensión arterial durante el consumo de soja
La soja y otros alimentos que aportan hormonas
Los productos activos de la soja son la genisteina y la daidzeina (o diadzeina) que son sustancias llamadas fitoestrógenos. Es decir, sustancias vegetales que tienen efectos parecidos a los estrógenos a pesar de no ser moléculas de estrógenos. Los fitoestrógenos son sustancias que se encuentran en más de trescientas especies vegetales, básicamente en los cereales, legumbres y hortalizas.
Una vez ingeridos, por acción de las bacterias intestinales, se transforman en las formas activas de la hormona, son absorbidos y pasan al torrente sanguíneo.
Debido a eso, los fitoestrógenos constituyen una forma de tratamiento hormonal natural de la menopausia sin los inconvenientes de los estrógenos.
Los efectos de la soja y de los fitoestrógenos sobre la calidad del hueso son también dignos de tenerse en cuenta. Se ha visto que el consumo de cuarenta gramos de proteínas de soja al día, durante seis meses, aumenta significativamente la densidad mineral ósea vertebral en mujeres postmenopáusicas.
En la actualidad se conocen unos treinta fitoestrógenos. Entre los más estudiados destacan los cumestanos, lignanos e isoflavonas. Los primeros se encuentran en el trébol, la alfalfa y las coles. Los segundos en las lentejas, cereales y el lino. Los terceros, las isoflavonas, se encuentran sobre todo en las semillas de soja.
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