Nutricion dietas

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miércoles, 21 de enero de 2009

Historia del helado

Un rico helado dietetico ya no es sinónimo de verano y calor. Dejaron de ser estacionales y se pueden disfrutar en innumerables sabores, colores, tamaños, formatos y texturas. Industriales y artesanales, los helados han ido ganando un espacio increíble dentro de la gastronomía. Sin dudas no es un invento de estos tiempos, ya que por La Biblia sabemos que Isaac le ofreció a Abraham leche de cabra mezclada con nieve y que el rey Salomón los consumía. Algunos estudiosos afirman que en realidad fueron los chinos -3.000 años antes de Cristo- quienes consumían nieve saborizada con frutas. Otros dicen que el invento se debió a los antiguos egipcios, quienes amaban los refrescos helados. Los antiguos romanos no discutían orígenes, simplemente se dedicaban a consumir los nivatae potiones, especie de sorbetes.

Pero cerca de la Edad Media algo ocurrió, ya que los antepasados de los helados comenzaron a desaparecer de las mesas occidentales; ninguna comida exuberante y alegre podía encajar con la oscura idea dominante de esa época. Paralelamente, los árabes no siguieron la moda y -por suerte-perfeccionaron las técnicas de elaboración de los sorbetes (especialmente con cítricos y jazmines). Los Cruzados, en ese eterno viaje de ida y vuelta de la historia, se encargaron de reintroducirlos poco a poco en Occidente.


Cual es la historia del helado


Hubo que esperar algunos años más para ver el resurgimiento del helado en las mesas occidentales. Ocurrió en pleno Renacimiento, en la espléndida Florencia abastecida y enriquecida por los nuevos productos que llegaban de todas partes del mundo, en la corte de los Medici. Primero fue un tal señor Ruggeri y luego, Bernardo Buontalenti, ambos fabricaron las primeras cremas heladas, utilizando técnicas revolucionarias que sorprendieron a todos los nobles europeos. Un siglo más tarde, el siciliano Procopio De'Coltelli se hizo famoso en Francia dentro de la corte de Luis XIV gracias a sus sorbetes.

Tal fue su fama que abrió las puertas del Café Procope, sitio que en poco tiempo se transformó en una de las cafeterías literarias más conocidas de Europa. El helado se difundió gracias a los italianos y sus cafeterías en todo el continente y también del otro lado del Atlántico. En 1770, Giovanni Bosio, abrió en Nueva York la primera heladería de la ciudad. Dos siglos más tarde, en 1906, Giovanni Torre di Bussana implemento el sistema de venta callejera, que se difundió con impresionante rapidez desde Milán, Italia, hacia Austria y Alemania. En 1927, Otello Cattabriga fue quien perfeccionó la primera heladería automática.

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