Hamburguesas de pavo en la dieta
Lo más pesado de comer saludable no son las cosas que tienes que comer sino las que tienes que evitar. Las hamburguesas son el mejor ejemplo. En un esfuerzo por retener a esta vaca sagrada en el panteón de los placeres del paladar, el hombre inventó la hamburguesa de pavo.
Algunos piensan que tanto las hamburguesas de pollo como las de pavo son una pálida imitación, una especie de zirconia de carne, no más cercana a la realidad que la margarina a la mantequilla. Otros, sin embargo, creen que es lo mejor que se ha inventado desde, bueno, la mismísima hamburguesa. Antes de que le pongas la etiqueta de indulgencia a la hamburguesa de pavo, hay unas pocas cosas que debes saber:
La mayoría de las hamburguesas de restaurantes tienen entre 15 y 20 g de grasa, dice Lichten, y cerca de 64 por ciento del total de calorías proviene de la grasa. Eso es casi una tercera parte de la dosis diaria permisible.
Es en la carnicería donde las cosas son un poco confusas: La versión estándar de pavo molido lleva la etiqueta de "libre de grasa 93 por ciento". Esto suena muy bien hasta que te das cuenta de que el porcentaje se refiere al peso y no a las calorías, como es el caso de cualquier carne. Una hamburguesa hecha a partir de esta ave tendrá 45 por ciento de calorías derivadas de la grasa. Afortunadamente, muchos mercados también ofertan esta carne libre de grasa 99 por ciento, a la cual también se refieren como "magra". Sólo 12 por ciento de sus calorías provienen de la grasa.
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