A pesar de que la Argentina se ha hecho famosa por la calidad de sus cortes, la carne sigue siendo una mala palabra para muchos.
Sin embargo, su consumo en forma racional nos permite disfrutar de una de las mejores fuentes de proteínas que aporta, además, hierro, un mineral indispensable para el óptimo funcionamiento del organismo.
Es cierto que se puede vivir sin comer carne, ya que ésta puede ser reemplazada por otros alimentos,- pero también lo es que hay etapas de la vida en que evitar su consumo es peligroso para la salud. No es recomendable que los chicos menores de ocho años sigan una estricta dieta vegetariana,- su intestino no reúne las condiciones para hacer una digestión correcta de las legumbres -que son las que aportan las necesarias proteínas-.
Tampoco es aconsejable esa dieta para las embarazadas, ya que existe la posibilidad de que sufran anemia con los trastornos que esto acarrea a la alimentación del futuro bebé.
Como incluir a la carne en la dieta saludable
Teniendo en cuenta estos casos, no hay reparos para sustituir las proteínas de la carne por las de los productos lácteos, huevos, cereales y legumbres. Eso sí, es difícil encontrar otro alimento que nos aporte hierro y vitamina B12. Los especialistas están de acuerdo en que los beneficios de la carne vienen acompañados por dos grandes problemas: las grasas saturadas y el colesterol. ¿Cuál es la verdad? Trataremos de desentrañarla en este informe.
Cortes de carne vacuna más saludables
Una buena opción son los cortes de carne envasados al vacío de animales criados en extensiones grandes, lo que los hace caminar continuamente. Su precio es un poco más elevado, pero ya vienen totalmente desgrasados y tienen menos colesterol. No se comercializan todos los cortes de esta "carne bajo colesterol", sino aquellos que son magros y de más calidad: bife de chorizo y de cuadril, ojo de bife, nalga y peceto para milanesas, colita de cuadril y peceto.
En el caso de optar por los cortes no envasados, no olvide tener en cuenta que:
• Siempre son preferibles los cortes que tengan la grasa en su periferia, lo que permite desgrasarlos fácilmente sin romper la pieza.
• La carne que se compra no debe poseer vetas de grasas en su interior, ya que será imposible sacarlas.
Hay que sacar la grasa antes de cocinarla, ya que cuando es sometida al calor se funde y se incorpora a la fibra muscular.
• Los cortes magros son los ubicados en el lomo del animal o en su cercanía: bifes de costilla, cuadril, cuadrada, lomo y peceto.
• Podemos controlar el consumo de grasas y colesterol sin privarnos de los aportes valiosos de la carne vacuna consumiéndola como máximo dos veces por semana, eligiendo los cortes con menor cantidad de grasa intramuscular.