Abandonar las grasas
APRENDE A EJERCER AUTOCONTROL SOBRE EL ENEMIGO NUMERO UNO DE TU SALUD ALIMENTARIA, SIN HACER SACRIFICIOS ABSURDOS COMO LA "DIETA DE LA TORONJA".
Ya sabes la cantaleta: las grasas son lo peor que puede entrar a tu organismo (después de una bala, claro). Por eso, te has empeñado en decirle adiós a todo alimento que tenga el menor contenido de ese letal ingrediente, en espera de convertirte de la noche a la mañana en un modelo de salud.
No tan de prisa, mi estimado. De hecho, las grasas no deben eliminarse por completo del organismo.
"Las vitaminas liposolubles requieren de ser ingeridas junto con alimentos grasos para ser absorbidas correctamente por el organismo", dice el Dr. Benjamín Arana, nutriólogo investigador. Es más, eliminar por completo las grasas del organismo es una estrategia que pone en peligro tu estabilidad metabólica. Vamos a enseñarte a aprovechar las grasas de manera inteligente y a apartar de ti sus variedades y cantidades más perjudiciales.
Como hacer para abandonar las grasas
UN POCO DE GRASA HOY, EVITA COMER MUCHA GRASA MAS TARDE: Así es, un estudio reveló que quienes consumen una pequeña dosis de grasa durante el día, satisfacen el antojo con mayor efectividad, por lo que tienden a consumir menos grasa durante el resto de la jornada. Puedes lograr esto untando un poco de mantequilla en tu pan tostado del desayuno, o comiendo algo de queso a media mañana. La clave es que la porción sea suficientemente grande para evitar que se te antoje comer más grasa en el resto de los alimentos, pero no tanto como para echar por la borda tus logros dietéticos.
EQUILIBRA TU CONSUMO: Mucha gente decide hacer lo siguiente cuando quieren eliminar grasa de la dieta: atracarse de ensalada y olvidarse de postres, frituras, carnes y quesos.
Pero, ¿qué tan sana es tu ensalada? Muchas veces comer más verduras y vegetales implica consumir más aderezos. El caso del hombre que decide reemplazar sus queridas papas fritas por una papa al horno a la hora de comer, sólo para rebosarla de crema, mantequilla, queso rallado y tocino, es un clásico ejemplo de pensar que sustituir un alimento por otro automáticamente elimina la grasa en exceso. Por el contrario, a veces esta opción suele ser contraproducente. Es preferible que te permitas un capricho grasoso al día (con moderación), que pensar que estás haciendo lo correcto al abusar de alimentos que "esconden" la grasa.